¿Qué es tener?

Reflexiones en torno al Hexagrama 14. La Gran Posesión, la Posesión de lo Grande. 

Las grandes posesiones

Prosperidad

Fortuna 

Riqueza

(Qué idea de lo que sea tener surge a partir de la lectura del I Ching, cómo esta idea se relaciona con las que forman nuestra manera habitual de entender la posesión.)

No tiene nada quien no agradece (y reconoce en ese acto) sus bienes. Quien no los valora (y al valorarlos los separa del resto de los entes, los distingue, los inviste del carácter de lo especial, único).

Valoramos cuando distinguimos de entre todos los entes, aquél que nos importa, que nos gusta, que nos resulta útil, etc. No es uno más entre las cosas, sino que tiene características que lo distinguen del resto. Y eso que lo caracteriza sólo puede mostrarse en tanto yo lo vea. Es decir, ese valor sólo se manifiesta, se actualiza, en el instante en que es valorado por alguien. Si nadie lo viera, si nadie lo considerase valioso, lo mismo sería esto o aquello. Cuando valoro, no me es lo mismo esto que aquello. Valorar es perder la in-diferencia. 

Una gran posesión, un gran bien, puede ser muchas cosas: su contenido permanece indeterminado si lo consideramos en su aspecto fundamental. Podría tratarse de un kilo de sal, una pulsera de oro, un ramo de flores, dólares, yuanes, pesos, una casa, un sueldo, vacaciones. Lo que determina el valor de estos bienes (lo que los hace ser un bien y no una desgracia, por ejemplo) es lo que significan para alguien, la importancia que alguien les de. 

No tiene nada quien no tiene el coraje de recibir lo que le es dado, afirmándolo, diciendo: ¡Sí!

(Y quien dice sí, dice no; sí a lo que se recibe, no a todo lo demás. Pero no tiene nada quien no puede afirmar y en ese acto focalizar la mirada –y la gratitud- como condición del recibir). Quien no tiene el coraje de perder todo lo demás, no puede recibir esto en particular. 

“La verdadera medida de nuestro agradecimiento no está en lo que decimos acerca de nuestras bendiciones, sino en cómo las cuidamos.” W. T. I. Purkister

¿En qué consiste el cuidado de lo que recibimos? ¿Esconderlo de los demás, encerrarlo, sustraerlo a lo común? Cuidar nuestras bendiciones se asemeja más a cuidar un árbol, protegerlo, nutrirlo, permitir que crezca y que dé frutos.

Nada tiene que ver el poseer un gran bien con la idea que tenemos generalmente: propiedad privada. Posee propiamente quien recibe y, a su vez, da (da las gracias, comparte, pone a disposición de los demás, ya sea el mismo bien recibido, o alguno de sus efectos: la alegría del poseer, la transformación de lo recibido en algo nuevo, los frutos, etc.). La propiedad privada es lo propio privado, privado de esa circulación, de ese compartir, de ese dar. Recibir y dar son polos del mismo movimiento. Detener el movimiento los anula a ambos. La propiedad privada no tiene, porque pretende privar a los demás de ese bien, mientras que poseer propiamente es ese acto de recibir, para dar. La propiedad privada priva, resta, sustrae. El poseer propio suma, multiplica, crea.

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